Joana Sanz clarifica cómo queda su relación económica con Dani Alves tras su divorcio

A pesar de que Joana Sanz confirmó hace unos días, mediante una emotiva carta, su decisión de separarse de Dani Alves, la modelo acudía este domingo a la prisión de Brians 2 para visitar al futbolista, acusado de presunta violación. Mucho se ha especulado sobre esa visita y hay quienes han dicho que el todavía matrimonio habría estado hablando de temas económicos.

Este martes, ‘El programa de Ana Rosa’ ha resuelto todas las dudas después de haber conseguido hablar en exclusiva con Joana, que en una llamada telefónica con Leticia Requejo, ha matizado algunas de las últimas informaciones publicadas por la prensa. “Joana me llama a mí y tenemos una conversación donde ella habla y me quiere matizar algunas informaciones respecto a su visita a Brians 2”, adelantaba la periodista.

En primer lugar, la modelo deja claro, como ya lo hizo en su carta, que permanecerá al lado del que hasta ahora ha sido su marido, aunque no como pareja. “Yo siempre que pueda lo voy a ir a ver para saber cómo está, cómo se encuentra y saber de él. Es una situación muy complicada”, afirma.

Sin embargo, desmiente que durante su última visita se haya hablado de dinero. De hecho, nunca se habría hablado de este tema. ¿El motivo? “No tenemos que hablar de dinero, porque Dani y yo tenemos separación de bienes. No tenemos nada en común”, revela la tinerfeña, que asegura que nunca ha dependido económicamente de él.

Joana Sanz siempre ha preferido ser independiente económicamente

“La única vez que hablamos de dinero fue en el inicio de toda esta situación. Yo estaba agobiada y a través de su abogado le pedí que me gestionara un apartamento en París, a donde me iba a trabajar”, ha aclarado Joana, que durante estos más de dos meses se ha refugiado en su trabajo.

“Yo nunca he necesitado nada de él, siempre cada uno hemos tenido nuestras cosas y nuestros trabajos. Nunca he querido dejar mi trabajo, para yo vivir del suyo”, insiste la modelo, confirmando que de cara al divorcio, el tema económico no supondría un problema o una traba.

(*)